En una de las torres de Nuremberg, la antigua
ciudad de los milagros,
hace más de cien años que trabaja
Su cuerpo no es más grande que una mano de
niño,
y lo viste con plumas de paloma.
Tiene un nido debajo la campana
que a la vieja ciudad canta las horas.
Aprendamos la historia de esta rara
viejecita sonriente y juguetona,
que hizo todos los pájaros del mundo
con palabras hermosas.
Y sabremos entonces que en su nido
van cayendo al sonar de la campana,
convertidas en pájaros cantores,
las hermosas palabras.
Las hermosas palabras que en el viento
van a la torre mágica,
tan sólo cuando han sido
por la boca de un niño pronunciadas.
Milagro, maravilla,
verdad, ensueño y alborada;
Dios, humildad, perdón,
trabajo, cielo, corazón y amada.
La buena viejecita se alegra cuando el viento
le lleva esas palabras.
Y para convertirlas en pájaros cantores,
las repite tres veces en su idioma de maga.
Tres veces dice Madre,
y nace un ave blanca.
Tres veces dice niño,
y un ave de colores elevándose canta.
Tres veces dijo Vida
para hacer las canciones que se escuchan al
alba.
Amor, Amor, Amor,
Y el pájaro más lindo salió de la campana…
Y así todos los pájaros cantores
los ha hecho la maga;
pues la voz de un niño va en el viento,
se la devuelve al viento, con dos alas.
Dila en secreto y con amor,
cuando la encuentres, tu palabra;
y verás que algún día un pajarito
cantará en tu ventana.
José Sebastián Tallón