La propuesta de este espacio es difundir e intercambiar ideas y experiencias pedagógicas para la construcción de una cultura de paz
Todos somos parte de la amorosa energía que da vida a nuestro planeta…
Nuestras acciones como individuos nos liberan o nos condenan como sociedad.
Te invito a compartir este ideal de cultura de paz en cada pequeña elección de nuestra vida diaria.

Fraternalmente:
A. Z.
10 de febrero de 2011



“La cultura de paz es el pleno respeto a
la dignidad y a los derechos
individuales y colectivos de
las personas y de los pueblos.”

Rigoberta Menchú Tum



domingo, 16 de octubre de 2016

La madre de los pájaros

En una de las torres de Nuremberg, la antigua
ciudad de los milagros,
hace más de cien años que trabaja
la Madre de los Pájaros.


Su cuerpo no es más grande que una mano de niño,
y lo viste con plumas de paloma.
Tiene un nido debajo la campana
que a la vieja ciudad canta las horas.


Aprendamos la historia de esta rara
viejecita sonriente y juguetona,
que hizo todos los pájaros del mundo
con palabras hermosas.


Y sabremos entonces que en su nido
van cayendo al sonar de la campana,
convertidas en pájaros cantores,
las hermosas palabras.


Las hermosas palabras que en el viento
van a la torre mágica,
tan sólo cuando han sido
por la boca de un niño pronunciadas.


Milagro, maravilla,
verdad, ensueño y alborada;
Dios, humildad, perdón,
trabajo, cielo, corazón y amada.


La buena viejecita se alegra cuando el viento
le lleva esas palabras.
Y para convertirlas en pájaros cantores,
las repite tres veces en su idioma de maga.


Tres veces dice Madre,
y nace un ave blanca.
Tres veces dice niño,
y un ave de colores elevándose canta.

Tres veces dijo Vida
para hacer las canciones que se escuchan al alba.
Amor, Amor, Amor,
Y el pájaro más lindo salió de la campana…


Y así todos los pájaros cantores
los ha hecho la maga;
pues la voz de un niño va en el viento,
se la devuelve al viento, con dos alas.


Dila en secreto y con amor,
cuando la encuentres, tu palabra;
y verás que algún día un pajarito
cantará en tu ventana.


                            José Sebastián Tallón





miércoles, 12 de octubre de 2016

El nacimiento de la primavera


         Hace mucho, mucho, muchísimo tiempo en la Tierra reinaba el invierno. Siempre hacía frío y nevaba… las plantas no podían crecer y los animales y el hombre no encontraban alimentos… Fue entonces cuando un príncipe valiente, llamado Purac, decidió pedir a Inti, el dios Sol, que con sus poderosos rayos calentara la Tierra.  Solicitó la ayuda de algunos de sus valientes compañeros y con ellos se preparó para subir a la cima de un monte cercano desde donde rogarían todos juntos, para dar más fuerza al pedido.
         La tarea no fue fácil porque grandes tormentas de nieve detenían el ascenso a la cumbre a cada instante, pero Purac y sus valientes compañeros seguían cuesta arriba con enorme esfuerzo… Después de tres días de viaje, cuando llegaron a la cima, Purac alzando los brazos dijo: “¡Oh Inti! ¡Aparece y devuelve la vida a tus hijos!”   Inti, conmovido, apartó las nubes y observó a sus hijos… y escuchó en el corazón de Purac el deseo sincero de ayudar a su pueblo, entonces le dijo: “¡Purac, hijo valiente! Tu deseo de ayudar a tu pueblo es sincero y será realizado… pero antes debes hacer un viaje a las regiones del sur, a orillas de la laguna de Las Lágrimas está la entrada a una gruta que llega al interior de la Pachamama, allí te espera la joven princesa Ticay… si logras rescatarla y traerla  a vivir con los tuyos, el deseo de tu corazón pasará a tus hijos y a toda tu descendencia para siempre… pero cuidado, debes ir solo y enfrentar a las dos serpientes que custodian a Ticay: Kai Kai Filú (la serpiente roja)  intentará hacer que te pierdas en los laberintos del interior de la Tierra, pero Treng Treng Filú (la serpiente verde) los ayudará en el viaje de vuelta al hogar…” Así fue como Purac se despidió de los suyos y emprendió su aventura hacia las tierras del sur… Un día, cuando ya habían pasado tres meses de su partida… la anciana de la tribu tuvo un extraño sueño en el cual el príncipe Purac volaba montado sobre una especie de serpiente gigante color esmeralda…

Al despertar, la anciana sabia les pidió a todos que se preparen para recibir a su príncipe valiente con una gran fiesta en su honor. Cuando terminaron los preparativos vieron que el sol iluminaba toda la aldea, parecía que el mismo dios Inti paseaba por el cielo del mediodía… Las nubes se apartaron dejando pasar  los tibios rayos dorados y la nieve comenzó a derretirse formando arroyitos. La tierra se llenó de flores multicolores, un coro de pajaritos anunció la llegada del príncipe Purac y la bellísima princesa Ticay…


¡Había nacido la Primavera!

Oscuridad

El dolor crece bajo un cielo triste y sombrío.
Temerosos ojos bucean ante un grave rugido.
Busco al despertar
amar y dar.
Con la imaginación germina un nuevo mundo florido.

A. Z.


en la semilla está el bosque

sembrando oxígeno

Luz

Un niñito sabio que en un pesebre nació
los misterios de la vida enseñó cuando creció:
“la paz
y la libertad
son joyas para quien descubre el verdadero Amor.”

A. Z.