Paz aquí y ahora
En
una llanura color esmeralda, donde
vivían muchos animales, había una inmensa laguna que, con el pasar del tiempo,
había logrado separar el pastizal en partes iguales. En sus aguas nadaban los patos felices; los
flamencos mojaban sus largas patas y las gaviotas se acercaban sedientas a
beber en ella.
Desde
el alambrado vecino, las lechuzas vigilaban paradas sobre los rígidos postes,
mientras pajaritos de todas las especies musicalizaban sobre los alambres
tensos.
Caballos
briosos a su vez, trotaban entre los pastos, asustando a los teros que a
orillas del agua cuidaban sus nidos. Una
que otra comadreja o zorrino salían a perfumar el espacio de vez en
cuando. También uno que otro astuto
zorro acercábanse al tranquilo lugar para robar los huevos de algún ave; y
luego escondíanse entre los juncos floridos por posturas de caracoles
inquietos.
Cercano
al espejo de agua, había un tipo de barranca, hecha por la misma erosión del
agua y allí peludos escavadores establecieron su comunidad.
Un
día una parte de esta naturaleza pampeana comenzó a arder, un ardiente y
descontrolado sol descargóse sobre los inflamables pastos y el fuego inició su
destructora tarea.
Algunos
animales consiguieron cruzar el agua y escapar hacia el otro lado, pero muchos impedidos de volar o nadar debieron
pasar por difíciles momentos.
Aquellos
que se encontraban fuera del peligro simplemente se quedaron quietos mirando la
triste escena y preguntándose:
- ¿Qué podemos hacer ante
un fuego tan enorme? –
Pero
nadie se animaba a hacer algo, hasta que un pajarito muy pequeñito se sumergió
en el agua de la laguna tomó unas cuantas gotas en el pico y las arrojó al
fuego, los otros lo miraban diciendo: - Está loco. - Y otra vez lo hacía y otra vez, mientras los demás animales lo miraban
diciendo:
-
¿Qué
estás haciendo? – A lo cual él contestaba:
-
Estoy
tratando de ayudar a los demás animales, quiero apagar el horrible fuego. –
-
Pero,
¿qué puedes hacer tú con unas gotas de agua? -
Y él decía:
-
YO
DEBO HACER LO QUE PUEDA HACER – y continuó haciendo su trabajo de acarrear agua
con el pico.
Fue en esos momentos, que pasaba por allí Lila, el HADA VERDE, quien al mirar el interior del corazón del pájaro vio
tanta pureza y bondad que decidió ayudarlo rápidamente, creando grandes nubes,
las cuales se descargaron sobre los ardientes pastizales en una torrencial
lluvia. Ésta apagó así el fuego y todos
los seres vivos colaboraron en el salvataje, pues se sintieron protegidos por
el HADA.
Desde
entonces, en la laguna del pastizal se ha formado un equipo solidario, donde
cada animal pone sus habilidades al servicio de todos.
LA LECHUZA VIGILA POR LAS NOCHES.
LAS
RANAS CROAN CUANDO LOS RELÁMPAGOS AMENAZAN.
LOS
PELUDOS HACEN MUROS DE PROTECCIÓN.
EL
ZORRINO Y LA COMADREJA PULVERIZAN
EL AMBIENTE.
LOS
TEROS ALERTAN ANTE EL PELIGRO.
LOS
PATOS ALETEAN PARA MANTENER EL ESPACIO LIMPIO.
EL
ZORRO AUDAZ EVITA HACER DAÑO.
LOS
PÁJAROS DUERMEN MECIÉNDOSE CON CAUTELA.
TODO
ESTÁ EN PAZ, PORQUE CADA UNO COLABORA EN MANTENER EL EQUILIBRIO, PONIENDO LO
MEJOR DE SÍ EN BIEN DE TODOS.
María Jovita
Benvenutto.
(Adaptación
de una fábula tradicional india)