Y
volvió hacia el
zorro:
-- Adiós – dijo.
-- Adiós --
dijo el zorro – He
aquí mi secreto.
Es muy simple:
¨no se
ve bien sino
con el corazón.
Lo esencial es
invisible a los
ojos.¨
--
Lo esencial es
invisible a los
ojos – repitió
el principito, a
fin de acordarse.
-- El
tiempo que perdiste
por tu rosa
hace que tu
rosa sea tan
importante.
-- El
tiempo que perdí
por mi rosa . . .--
dijo el principito,
a fin de
acordarse.
-- Los
hombres han olvidado
esta verdad – dijo el
zorro – Pero tú no
debes olvidarla. Eres responsable
para siempre de lo que
has domesticado. Eres
responsable de tu
rosa . . .
-- Soy
responsable de mi
rosa . . . – repitió el principito, a
fin de acordarse.
EL
PRINCIPITO ( capítulo XXI,
pág. 84 )
Antoine de
Saint - Exupéry
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